En INTRA-TP nos esforzamos en realizar valoraciones personalizadas.
La experiencia nos ha enseñado que el trabajo con los familiares facilita la recuperación enormemente. En principio se hace un estudio de la familia con el fin de evaluar los recursos disponibles y posibles problemas o formas de comportamiento para posteriormente trabajar sobre ellos, principalmente con psicoeducación.
Hay que aclarar que esto no siempre es posible y que algunos familiares y/o seres allegados no tienen interés en participar entendiendo que el problema lo ha de resolver quien lo tiene. En estos casos trabajamos con la persona exclusivamente. En otras ocasiones es el paciente el que no quiere saber nada de sus allegados y en todo momento hay que respetar esta decisión. Esto no significa que no se puedan responder dudas concretas o facilitar pautas de comportamiento en diferentes situaciones.
Para una atención adecuada es necesario combinar elementos de diversos enfoques para responder adecuadamente a la complejidad del cuadro y adaptarse a las características particulares de cada persona. Para conseguir resultados satisfactorios, se precisan fundamentalmente dos cosas: elevada motivación del paciente y un buen terapeuta dispuesto a afrontar los altibajos del tratamiento.
De esta forma, en algunos casos se precisa del trabajo de un equipo multidisciplinar (psicólogos, psiquiatras, centros de día o urgencias psiquiátricas), así como de la ayuda de la familia (para nosotros una pieza clave en el tratamiento de este trastorno). En este sentido, es importante dar pautas a las familias para que sepan afrontar los problemas del día a día.
Dentro de los aspectos básicos se destacarían:
1. Establecimientos de límites conductuales: Para la comodidad y seguridad del paciente, del terapeuta y de otros, en ocasiones es necesario establecer unos límites conductuales (manera de acercarse, duración y número de sesiones terapéuticas, de llamadas de teléfono, etc)
2. Mantenimiento de la independencia: Estas personas necesitan ayuda, ya que no han desarrollado los suficientes recursos para hacer frente a las dificultades y situaciones nuevas (no siendo consciente de ello en muchas ocasiones). Sin embargo, es importante no hacer las cosas por ellos para no alimentar su extrema tendencia a la dependencia e intentar que aprendan a hacer las cosas por si mismos de manera adecuada.
En muchos casos, el trastorno tiende a remitir con la edad. Es decir, suele mejorar conforme el paciente va madurando y reestructurando el pensamiento. Pero esperar no ha de ser nuestro objetivo pues los pacientes no tratados sufren unas vidas extremadamente dolorosas y destructivas, al igual que sus allegados.